Lanzar esfuerzos de mejora continua cuando la moral es baja
El tema de confianza entre líderes y colaboradores como requisito previo para una iniciativa de Mejora Continua (MC) merece la exploración.
Pocos podrían argumentar que tener una relación de confianza, ya que los empleados y la gerencia comienzan a trabajar más estrechamente juntos, es una ventaja. ¿Pero qué sucede cuando la confianza es baja? ¿Es prudente "saltarse" este hecho y comenzar una iniciativa de MC total cuando existe poca confianza? Y, ¿qué pasa si la confianza entre las partes se deteriora aún más durante el proceso? ¿Debería arrojar la toalla e intentarlo en otro momento?
Algunos argumentan que, sin una base de confianza, nada se puede lograr, y esos, los suficientemente tontos que lo intentan, están condenados al fracaso. La base sólida de poder contar unos con otros (líderes y colaboradores) para actuar de manera certera, dicen, es esencial para construir un éxitoy programa sostenible. Se afirma que la confianza debe ser fuerte y es una condición previa para comenzar cualquier esfuerzo que valga la pena. Estoy en desacuerdo. En las organizaciones a menudo faltan altos niveles de confianza y, sin embargo, estas empresas no tienen otra opción que mejorar el rendimiento para ser competitivas en su industria. La desconfianza puede haber sido fomentada durante años o incluso décadas, y la gente ha aprendido a desconfiar de las promesas de nuevas inversiones y el compromiso de los empleados. Los empleados, tanto salariales como por hora, han aprendido a mantener los ojos bien abiertos y esperan que este "sabor del mes" no dure demasiado. ¡Nadie quiere jugar al tonto! Los colaboradores y los líderes, por experiencia e instinto, cuidan de sus propios intereses personales y no necesariamente equiparan el éxito del negocio con su beneficio individual.
Entonces, la pregunta sigue siendo, cuando la confianza es débil y, sin embargo, el cambio es necesario, ¿es aconsejable avanzar?
Yo digo que si. Y, sugiero que dé el salto y comience ahora, independientemente del nivel de confianza. El solo hecho de que se esté considerando el lanzamiento de un esfuerzo de MC es evidencia de que mejorar el rendimiento es vital, tanto para el negocio como para todos los empleados. También es un hecho que ni el liderazgo ni los empleados pueden hacerlo solos: se necesitan mutuamente.
Entonces, después de años en las trincheras y de lanzar varias docenas de esfuerzos de MC, he llegado a la conclusión de que la confianza real puede ser un subproducto del trabajo más cercano y en colaboración. Cuando las personas hacen lo que dicen que harán repetidamente, una y otra vez, la confianza aumentará.
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Jim McNeil
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